Navaja suiza

lunes, 13 de diciembre de 2010

LA EFICACIA Y LA SEGURIDAD DEL TAMIFLU NO ESTÁN DEMOSTRADAS

  No está demostrado que el fármaco más usado contra la gripe, el popular Tamiflu -cuyo principio activo es el oseltamivir-, sea eficaz y seguro. Lo hemos dicho hasta la saciedad en los últimos meses sin que nadie nos hiciera el menor caso. Bueno, pues una vez más el tiempo nos da la razón aunque aun haya quien se resista a aceptarlo. Una revisión de los estudios que se hicieron con él y que aparece en el último número del British Medical Journal lo confirma. Dirigido por Chris Del Mar -profesor de la Bond University de Australia- resulta que su equipo de investigadores se encontró para empezar con todo tipo de trabas a la hora de verificar de forma independiente los resultados de las investigaciones sobre el Tamiflu. Luego comprobaron que gran parte de los datos que sustentaban su supuesta eficacia y seguridad provenían de trabajos financiados directamente por Roche -la multinacional que lo fabrica- pero que no han sido publicados. Así que pidieron datos a la empresa para evaluar los trabajos pero ésta les ofreció dárselos sólo "bajo condiciones que consideramos inaceptables". Agregando que lo que además les envió la farmacéutica "era insuficiente para hacer un análisis de forma adecuada". Los escasos datos obtenidos y la actitud de Roche hizo manifestar a esos investigadores que las evidencias de los efectos del Tamiflu podrían ser pues “poco fidedignas”. De hecho según los datos que poseen tiene un “efecto modesto” a la hora de reducir los “síntomas” pero “no ha demostrado su capacidad parar frenar trastornos asociados a la infección”“no debería usarse en el control rutinario de la gripe estacional". Y no se pronuncian sobre su posible eficacia ante el virus A-H1N1 ya que sencillamente carecen de los datos que les permita valorarlo. En cuanto a su seguridad aconsejan a las autoridades que hagan un seguimiento más exhaustivo de sus posibles efectos secundarios porque a su juicio no hay análisis suficientes para constatar que sea seguro. En suma, se trata pues de un auténtico escándalo. Otro más. Por eso Fiona Godlee, una de las editoras jefe del British Medical Journal, llega a decir en un editorial que aparece en el mismo número lo siguiente: "Esta investigación no sólo pone en duda la eficacia y seguridad del oseltamivir sino el sistema por el que los fármacos se evalúan, regulan y promocionan”. Agregando que lo sucedido con el Tamiflu es grave porque "gobiernos de todo el mundo se han gastado billones de libras en un fármaco que ahora la comunidad científica es incapaz de juzgar". Roche, obviamente, se ha ocupado de que médicos y personalidades afines apoyen el Tamiflu, que lo defiendan. Quieren darle la sensación a la gente de que al menos hay controversia a nivel científico y hay quienes si apoyan su seguridad y eficacia. Pero es falso. Lo vergonzoso es que en España hay una reserva de antivirales de unos ¡15 millones de dosis!, la gran mayoría de ellas compradas hace unos años para hacer frente a una posible pandemia de gripe aviar –las previsiones auguraban cifras de hasta el 30% de mortalidad si la infección por el H5N1 traspasaba fronteras saltando de humano en humano– y los depósitos se ampliaron luego aún más con la llegada del virus de la gripe A. Un despilfarro injustificado e injustificable. Pero ya se sabe que uno puede regalar el dinero a manos llenas sin dar explicaciones si lo que se alega simplemente es que se ha hecho para “proteger a la ciudadanía”. La demagogia en el ámbito sanitario siempre ha funcionado. (como la neumonía). Por lo que se atreven a afirmar que a su juicio