Los muertos se elevan ya a once y los infectados son más de 1200 en sólo 10 días. La bacteria Escherichia Coli Enterohemorrágica sigue su progresión en el norte de Alemania. Y aunque las autoridades de Hamburgo culparon a los pepinos españoles, sigue sin determinarse la fuente exacta de la infección.
Varios hospitales están desbordados por la afluencia de enfermos. Más de 300 pacientes han desarrollado el llamado síndrome urémico hemolítico, caractizado por graves problemas renales y potencialmente mortal. “Aquí no podemos ocuparnos de más de 60 pacientes”, dice el doctor Jörg F. Debatin, de la clínica Universitaria de Hamburgo, “por las estadísticas y por lo que sabemos de esta grave enfermedad y su desarrollo, tenemos que asumir que vamos a perder a más pacientes”.
Esta ya es la peor contaminación por E. Coli de la historia alemana y una de las peores registradas en el mundo. En Alemania se ha hundido la ventas de verduras. En España, señalada como origen de la infección, el Gobierno pide que se aceleren las pruebas porque las exportaciones españolas están sufriendo las consecuencias. Representantes del Gobierno germano, de los estados federados y expertos se reunen este lunes en Berlín para analizar la situación.