La Iglesia Católica permitió la anulación de matrimonios por motivos que sorprendieron a los feligreses.
Cambiar la forma de vestir, vicios molestos y poca proyección a futuro pueden ser motivos para terminar con una unión.
Los jueces del Tribunal de la Sacra Rota romana, la última corte de apelación para los casos de nulidad matrimonial fueron criticados por el Papa Benedicto XVI por no ser más rigurosos en las autorizaciones.
En los últimos años se produjo un aumento importante en la cantidad de matrimonios que llegan a la Corte en busca de la nulidad. En 1992 se registraron 287 casos. Diez años más tarde, el número había ascendido a 824.
Entre los casos más disparatados, se destacan el de la mujer que pidió poner fin a su matrimonio porque su marido tenía "mamitis". El hombre no era capaz de actuar con autonomía o tomar decisiones sin la ayuda de su mamá, según publicó el diario La Nación.
Otro caso que sorprendió fue el de un esposo que se cansó del cigarrillo de su mujer y terminó con la relación. Su esposa le había prometido dedicarse a la vida sana cuando se casaran, pero aumentó el número de paquetes diarios.
Una mujer fue abandonada porque dejó de verse sexy. Luego de su primer embarazo abandonó la ropa arreglada y los zapatos de taco, para pasearse en bata. Su conversación dejó de ser interesante y colmó la paciencia de su marido. El tribunal eclesiástico accedió al pedido y decretó la nulidad por "repentino y sustancial cambio de carácter" o "engaño".