Navaja suiza

viernes, 5 de febrero de 2010

Ojo con las antenas WiFi

Que las radiaciones emitidas por las torres de alta tensión, los centros de transformación, las antenas de telefonía, los teléfonos móviles, los inalámbricos y los hornos microondas son potencialmente cancerígenas está fuera de toda duda... menos para nuestro Ministerio de Sanidad y Consumo. Y ahora acaba de constatarse que otro tanto pasa con las comunicaciones inalámbricas (WiFi). En el Reino Unido, por
ejemplo, ya se han empezado a prohibir en determinados lugares, especialmente donde hay niños. Quienes controlan a los legisladores alegan que al tratarse de emisiones de reducida potencia y no ser permanente la transmisión los efectos sobre la salud son muy escasos o casi nulos pero no se ha hecho ni un solo estudio científico en el mundo que avale esa afirmación. Por el contrario, son ya muchos -cada vez más- los trabajos que demuestran los efectos negativos para la salud de las radiaciones electromagnéticas. Mientras, los gobiernos y el resto de la clase política siguen prefiriendo mirar hacia otro lado.